Venezolanos que se respetan
Juan Carlos Sosa Azpúrua
05 agosto 2010
Es sobrevivencia plantearse una salida urgente a este drama que cada día es más peligroso e irreversible. Porque son obvias, no enumeraré porqué estamos legitimados a exigir la renuncia inmediata de quien usurpa el poder; así como toda su corte generadora de vapores nauseabundos.
Los fundamentos jurídicos, éticos y sociopolíticos son elocuentes, a nuestra nación la han transformado en un territorio incalificable, donde la dignidad, la decencia y la cordura son elementos lejanos.
Se ha construido una matriz de opinión monopólica que ha hecho inevitable la celebración de comicios el mes entrante, y poco sensato sería proponer acciones determinantes antes de que eso se materialice. Pero una vez concluido el fraude electoral (no tiene otro nombre), los venezolanos seremos testigos de cómo aquellos a los que les sean reconocidos sus triunfos intentarán a toda costa invalidar cualquier iniciativa que no sea la de seguir soportando esta tragedia hasta un diciembre 2012 que luce como un verdadero disparate.
En el supuesto que lo que resta de país pudiera llegar vivo hasta esa fecha, no es correcto permitirlo. Cada día que padecemos a este desgobierno, es un día que nos envilece como sociedad. Es una falta de respeto con nosotros mismos el seguirle dando legitimidad a quienes por sus acciones la han perdido completamente en forma definitiva. Para empezar, son traidores a la patria. Jamás en la historia de país alguno un "gobierno" hizo entrega de tanta soberanía a intereses foráneos y viles. Y después está todo lo demás, ¡y vaya que son crímenes imperdonables!
Necesitamos firmeza y decisión; el que sea difícil no significa que no deba hacerse, es un deber con nosotros mismos, con las generaciones futuras y con nuestros antepasados.
Juan Carlos Sosa Azpúrua
05 agosto 2010
Es sobrevivencia plantearse una salida urgente a este drama que cada día es más peligroso e irreversible. Porque son obvias, no enumeraré porqué estamos legitimados a exigir la renuncia inmediata de quien usurpa el poder; así como toda su corte generadora de vapores nauseabundos.
Los fundamentos jurídicos, éticos y sociopolíticos son elocuentes, a nuestra nación la han transformado en un territorio incalificable, donde la dignidad, la decencia y la cordura son elementos lejanos.
Se ha construido una matriz de opinión monopólica que ha hecho inevitable la celebración de comicios el mes entrante, y poco sensato sería proponer acciones determinantes antes de que eso se materialice. Pero una vez concluido el fraude electoral (no tiene otro nombre), los venezolanos seremos testigos de cómo aquellos a los que les sean reconocidos sus triunfos intentarán a toda costa invalidar cualquier iniciativa que no sea la de seguir soportando esta tragedia hasta un diciembre 2012 que luce como un verdadero disparate.
En el supuesto que lo que resta de país pudiera llegar vivo hasta esa fecha, no es correcto permitirlo. Cada día que padecemos a este desgobierno, es un día que nos envilece como sociedad. Es una falta de respeto con nosotros mismos el seguirle dando legitimidad a quienes por sus acciones la han perdido completamente en forma definitiva. Para empezar, son traidores a la patria. Jamás en la historia de país alguno un "gobierno" hizo entrega de tanta soberanía a intereses foráneos y viles. Y después está todo lo demás, ¡y vaya que son crímenes imperdonables!
Necesitamos firmeza y decisión; el que sea difícil no significa que no deba hacerse, es un deber con nosotros mismos, con las generaciones futuras y con nuestros antepasados.
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