Juan Carlos Sosa Azpúrua
27 mayo 2010
Son tiempos de acciones extraordinarias, legítimas y constitucionales. Sentimos vacío, ansiedad en el presente y terror hacia el futuro; la esperanza es una vela que se apaga, ninguna propuesta cala hondo, se termina apoyando cosas que no solucionan el problema como tabla de salvación de lo que resta de esperanza. Pero esa no es una opción válida. La única opción legítima es la solución del problema de raíz, no su disfraz o postergación evasiva.
Llegó el momento de trabajar por una nación que resucitará fuerte, unida y noble, que se enrumbará hacia un destino de grandeza, donde podremos hacer realidad los sueños, donde el pobre dejará de serlo al tener oportunidades dignas de educación y trabajo; igualaremos para arriba y nunca para abajo; una sociedad solidaria, reconciliada, con sentimientos que nos acerquen y no que nos distancien; un país de gente decente y trabajadora, una nación sin presos de conciencia, sin cárceles indignas, una sociedad que invite a sus hijos a ser mejores, a salirse del mal camino y montarse en el autobús que rueda hacia el progreso, hacia la modernidad, una Venezuela que aproveche al máximo sus recursos humanos y naturales para estimular el avance de la sociedad en todos los aspectos que cuentan para facilitarle la felicidad a los hombres... esa Venezuela hoy existe, está clavada en nuestros corazones, esa es la Venezuela que somos y la Venezuela que merecemos ser. ¿Vamos a dejar que nos la quiten? ¿Dónde está escrito que no podemos ser una Venezuela grande, próspera, moderna y solidaria?
Este sueño se hará realidad porque tú y yo, y millones como nosotros, hoy decimos "YA BASTA"... Somos FÉNIX y volaremos con fuerza hacia un destino que no tiene límites en su belleza y grandeza... Llegó la hora de actuar.
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