Venezolanos Fénix
A esos conejos hay que dejarlos tranquilos, Fénix será de todos... borrón y cuenta nueva
JUAN C. SOSA AZPÚRUA | EL UNIVERSAL
jueves 19 de agosto de 2010 12:00 AM
A partir del 27/9 nos reuniremos en torno a un movimiento de salvación. Fénix tendrá brazos abiertos para los venezolanos dispuestos a dar lo que tienen por dentro para rescatar la dignidad y la libertad.
Las cosas tendrán que llamarse por su nombre, sin máscaras que sigan disfrazando, sin retórica populista que esconde cobardía, miedo a perder parcelas, privilegios; obviar argumentos de quienes sostienen que la única salida es el voto. No señor, eso es falso y hay que asumirlo de una buena vez. En regímenes que no respetan nada, pretender que sea el voto el arma de combate es equivalente a usar pistolas de agua en una guerra de tanques y cañones.
No habrá exclusiones, sobra espacio para los compatriotas de buena voluntad dispuestos a dar la pelea, sin concesiones a un tiempo inexistente, sin discursos que hacen ligero lo pesado, frívolo lo trascendental.
Nuestro país se está desmoronando y no tiene caso esperar a que sucedan imprevistos, o soluciones que no son otra cosa que mentiras vestidas de verdad, como que te den un bote de papel para que te salves de las mareas que te están ahogando.
Las parlamentarias serán el sombrero del que saltarán conejos con aletas de sirena, cantando la música que más de uno querrá escuchar. Estos mágicos saltarines hablarán de espacios ganados, felicitarán al pueblo por su conducta cívica y condenarán a los abstencionistas, para ellos los únicos culpables de no haber alcanzado la mayoría prometida. Y felices invitarán a las primarias presidenciales, rumbo al 2012 de la victoria final.
A esos conejos hay que dejarlos tranquilos, Fénix será de todos... borrón y cuenta nueva para los justos; cada quien tendrá como único juez su íntima consciencia, el único juez que no puede hacer trampas.
Las cosas tendrán que llamarse por su nombre, sin máscaras que sigan disfrazando, sin retórica populista que esconde cobardía, miedo a perder parcelas, privilegios; obviar argumentos de quienes sostienen que la única salida es el voto. No señor, eso es falso y hay que asumirlo de una buena vez. En regímenes que no respetan nada, pretender que sea el voto el arma de combate es equivalente a usar pistolas de agua en una guerra de tanques y cañones.
No habrá exclusiones, sobra espacio para los compatriotas de buena voluntad dispuestos a dar la pelea, sin concesiones a un tiempo inexistente, sin discursos que hacen ligero lo pesado, frívolo lo trascendental.
Nuestro país se está desmoronando y no tiene caso esperar a que sucedan imprevistos, o soluciones que no son otra cosa que mentiras vestidas de verdad, como que te den un bote de papel para que te salves de las mareas que te están ahogando.
Las parlamentarias serán el sombrero del que saltarán conejos con aletas de sirena, cantando la música que más de uno querrá escuchar. Estos mágicos saltarines hablarán de espacios ganados, felicitarán al pueblo por su conducta cívica y condenarán a los abstencionistas, para ellos los únicos culpables de no haber alcanzado la mayoría prometida. Y felices invitarán a las primarias presidenciales, rumbo al 2012 de la victoria final.
A esos conejos hay que dejarlos tranquilos, Fénix será de todos... borrón y cuenta nueva para los justos; cada quien tendrá como único juez su íntima consciencia, el único juez que no puede hacer trampas.
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